Soledad de amores triste y pura,
soledad de amores y locura.

¡Espero que os guste!

¡Hola!, Bienvenido a She´s like the wind =). Es mi rincón personal, encontrarás pensamientos, historias, canciones, palabras...Escribir es magia. Todo lo que puedas leer en este blog es creación mia, por lo que te ruego que no cojas nada sin permiso, cualquier consejo, duda o pregunta escribeme un comentario.
Un beso muy fuerte.

Solo tú.

Solo tú.
She´s like the wind

martes, 4 de diciembre de 2012

Recuerdos de otoño

Casi un año sin publicar nada...¿Cómo es posible? Ah sí, la universidad y su poder de absorberme el tiempo. Tal vez el otoño me ponga melancólica, y las hojas de los árboles por el suelo, a parte de provocar que me tropiece un par de veces al día, me inspire algo.
Hoy mientras me dirigía del metro al autobús me ha venido algo a la mente, no sé el motivo pero eso es algo que me ocurre a menudo. ¿Por qué hay lugares, olores o simplemente algo en el cerebro que te hace recordar? A mi me pasa continuamente. Recuerdo cosas que me han pasado hace bastantes años ya y vuelvo a abrazar el tacto, a oler el momento, a reír con las risas, a sufrir con el dolor. Bueno lo último ya menos. Las personas...ese es mi punto débil. Recuerdo personas, sonrisas, miradas, momentos con personas, frases o palabras, canciones, días... Y me pregunto ¿Por qué siempre recordamos aquello que dejamos atrás cuando no estamos pensando en nada?. No sé, posiblemente nuestra mente se aburra y la memoria recopile elementos que tiene por ahí guardados sin título. Asociamos cosas con otras cosas, lo mio son todo personas. Hay gente que anhela el futuro, yo disfruto el presente y recuerdo el pasado.
Porque soy de ese tipo de personas que nunca olvida algo que le ha hecho sonreír. Puedo pensar que lo olvido pero a veces vuelve a aparecer. En ocasiones me parece increíble recordar cosas tan insignificantes, tantos detalles, matices... Pero las imágenes en nuestra cabeza son nuestras, puedes rebobinar las veces que sean, incluso ponerlo a cámara lenta, en blanco y negro o a color...
La infancia, como es posible recordar cosas que si echas cuentas tenías menos de 3 años, no lo sé, pero me encanta. Hay cosas que se te quedan grabadas y puedo asegurar que no tienen por qué ser las más importantes en tu vida, esas suelen olvidarse constantemente. Unos zapatitos con música que tu madre te trae una noche después de trabajar, saltar encima de un sofá viendo unos videoclips, un  baile de pitufos con tu hermano, una tarde en el parque, un abrazo distinto, una frase especial, risas y canciones mezcladas con palabras, unos juegos de cartas, una película, un banco, unas estrellas... cualquier cosa o detalle que vuelve a ti de vez en cuando.

Otoño, dulce otoño que haces que mi inspiración empiece a despertar.




martes, 27 de diciembre de 2011

Princesa mía.



Un día, hace mucho tiempo ya, estabamos cerca de mi casa, era invierno y quedaba poco para nochevieja.
Estábamos con tu movil, ese viejo gris que tanto me gustaba, y me dijiste que había una canción que te gustaba mucho porque te recordaba a mi.
La pusiste, y la apoyaste encima de un muro de ladrillo, la canción empezó a sonar y me besaste.
Nos besamos con la canción de fondo, hasta que se terminó. Cuatro minutos, desde entonces, cada vez que la oigo me acuerdo de ese momento.
Y aunque han pasado años y muchas cosas con ellos, sigues estando a mi lado, con nuevas canciones de fondo, con nuevas miradas, con nuevos besos.
Y cada día que pasa te quiero más.
Y ya son 4 diciembres contigo. Pero este es especial. Porque el frío no es tan fuerte. Porque tu voz está conmigo cada noche antes de irme a dormir. Porque tengo libertad para quererte más que a nadie. Porque el deseo de nochevieja del año pasado no se cumplió pero el de las pestañas sí. Y adoro soplar pestañas con fuerza y pedir deseos.
Y quiero ser lo que sea pero ser algo en tí.
Que me sientas y que alguna vez escuches una canción que te recuerde a algo que hayamos vivido. Momentos insignificantes que seguro has olvidado, como yo habré olvidado otros mil. Pero existen y a veces vuelven. Como aquella vez hace cuatro años. En cuatro minutos. Que recordaré toda la vida. Que he recordado hoy al buscar música vieja para tu coche, al ver el título.


Princesa mia.

martes, 18 de octubre de 2011

I love you till the end.


Aun con el miedo que se aferra a los huesos y me dice que pare, que basta, que frene el sentimiento, que así está bien, que es mejor sentir poco que mucho, que todo es proporcional y a mayor sentir mayor dolor.
Aun con las miles de veces que me he repetido que la dependencia no es buena, que la fuerza es necesaria sacarla de una misma y no de los demás...
Y ahora me toca admitirlo. Sí, tengo miedo, pero cuando te tengo cerca desaparece, y entonces no me doy cuenta de lo que pasa alrededor, a lo mejor como decía hache en a 3 metros sobre el cielo, no quiero darme cuenta de lo que pasa alrededor, me acostumbro a respirar tu aire...y ya está, no hay más.
Pero tengo miedo porque esto no razona, es todo corazón, porque me parece que con lo que te quiero podría llenarse el mundo de estrellas, podría incluso alumbrar el día más oscuro de invierno. Pero aunque sé que ya te quiero más de lo que debería esto no frena. Los frenos no van. Ahora mismo está como un kamikaze a toda ostia y sin cinturón de seguridad...
Como un loco por ti.
Y sí, te quiero.
Como siempre y como nunca, a toda ostia, con calma y sin pensar.
Pero ¿Sabes? me encanta la velocidad, me encanta sentirte sin más, y que por lo menos si hay que tener miedo por algo prefiero que sea a perderte que a cualquier otra cosa del mundo.
Y la respuesta a eso es simple. Porque ahora estás conmigo, y eso es velocidad, eso es adrenalina, es fuerza, es vida.
Es tu boca sobre la mia y tus manos en mi cintura.
Es tu aliento en mi cuello y tu risa en mi oído.
El motor que empuja mi vida, eres tú a mi lado, es el viento...

Por eso te quiero, ahora y siempre...

te amaré hasta el final...i love you till the end.

jueves, 13 de octubre de 2011

Vivo enamorada de tus ojos y enganchada a tu risa...



¿Sabes que haría lo que fuese con tal de verte reír?

Es algo difícil de explicar, tal vez ni yo misma sé contarlo.
Tu risa, me enganchó desde el primer momento en que la vi.
No es como las demás, no sé...es diferente.
Puedo estar realmente jodida, que entonces vienes tú, me acaricias la mejilla y me levantas la barbilla para que te mire, y entonces pasa, me sonríes. Y todos los problemas, todas las preocupaciones...se van.
También hay días en los que me apetece sonreír y entonces tú también lo haces, y consigues que me siga apeteciendo cuando llego a casa.
Y por eso sé que haría lo que fuese con tal de verte reír.
Porque tu risa es vida, esa que a veces me falta y tú me das.
Y desde hace casi nueve meses, me paso el día sonriendo. No me había dado cuenta de lo importante que es reírse...hasta que te conocí.
Cuando me llamas por teléfono y me arreglo corriendo porque sé que en minutos te tengo en la puerta. Cuando veo una película y algo de lo que dicen me recuerda a tí.
Cuando sueño contigo y me despierto. Cuando me guiñas un ojo. Cuando me abrazas. Cuando me cantas algo bonito. Cuando te oigo cantar en la ducha... Andando por la calle, bailando en el coche con la música alta, hablando por teléfono, cuando te voy a buscar al metro y te veo subir las escaleras. Cuando me mandas un sms, cuando me haces reír con alguna tontería..., cuando te veo dormir...y sobre todo cuando sonríes. Porque es instantáneo, porque pasa, porque disfruto haciéndote reír,porque me encanta. Porque me muero en tu risa...
Porque te quiero.
Y porque irremediablemente...vivo enamora de tus ojos y enganchada a tu risa.



viernes, 7 de octubre de 2011

Quiero.


Y solo quiero ser si es contigo, sonreír y sentir tus labios mientras respiro
Solo quiero estar con tus noches, en tus ojos y en tu voz.
No quiero un viento que no huela a tí, no quiero un lugar que no me recuerde a algo vivido contigo, no quiero un sueño en el que no estés tú.
Quiero días contigo, tardes a tu lado y noches en tí.
Tú eres mi arte, quiero dar vueltas con el coche y que todos los semáforos estén en rojo para besarte. Mirarte, y saber que puede que no te merezca pero no puedo soltarte.
Decirte, que nunca había visto nada tan bonito, que nunca había sentido algo tan grande y que nunca había sido feliz por cosas tan pequeñas.
Que tú eres mi razón de vivir, y que aunque suene tópico no podría vivir sin tí.
Que apagaría todas las estrellas del mundo y me daría igual, que si tu estás frente a mí tengo todo el firmamento entero en mis ojos.
El frío no existe si me tocas. El aire no falta si me besas. El ruido desaparece si me hablas.
El tiempo corre muy rápido y a veces no me doy cuenta de la maravilla que es tenerte a mi lado. Porque siempre tengo algo por lo que luchar. Porque contigo nunca pierdo las ganas de vivir, de sonreír, de salir adelante.
Y me da miedo quererte tanto, ese es mi mayor miedo, quererte demasiado.
Pero no puedo hacer nada, nada, porque cada día te quiero un poco más.
Porque no hay cosa que me guste más que mirarte mientras duermes...

jueves, 22 de septiembre de 2011

Cosas por las que merece la pena vivir.


Podrías nombrar millones de cosas por las que crees que la vida es una auténtica mierda. ¿Pero cuántas nombrarías en su caso opuesto?
Para mí la vida es una obra de arte. Depende de la perspectiva, del que la vive, puede ser un lienzo, una canción, una escultura, una película, un buen libro...etc.
Una de las cosas por las que merece la pena estar aquí, es precisamente eso, la variedad, la incertidumbre, el no conocer como acaba. Todos somos muy distintos, pero a la vez tenemos más cosas en común de las que pensamos, como las canciones, las películas...
El chocolate, las aceitunas con sus pepinillos en vinagre, las películas románticas, los acordes menores de un piano, el amor, los besos, abrazos, caricias, las discusiones...y las reconciliaciones.
Las fiestas, esas en las que realmente lo pasas bien, los mensajes bonitos con el móvil, que siempre terminas releyendo antes de dormir, los amigos, los de verdad y con los que solo te ries de vez en cuando, el frio y la manta que te lo quita, el calor...y ese picor en las piernas cuando te da el sol, los baños en la piscina, el mar... La playa con su arena, el sol y ese olor a sal. El sonido de las olas, la sonrisa que te sale cuando recuerdas algo feliz. Bailar, gritar, cantar y que te canten al oído. Llorar de la risa, reír sin saber por qué, un beso en la frente.
La sonrisa de un niño, los perros, los gatos, los animales en general. Un beso robado, una sorpresa, un viaje, una mirada.
Las noches sin dormir y las mañanas durmiendo. Soñar, saltar, intentar aprender algo, desesperarte cuando no te sale y aprenderlo de verdad.
Querer...y aquí entra todo. Todo lo bonito está en querer, si no quieres, estás sin vida.
Querer a un amigo, a un padre, una madre, un hermano/a, un primo, un vecino, un abuelo/a, un perro, un gato...
Y luego está el Amar... eso que es más fuerte, eso que no eliges, que te encuentra. Eso que intentas evitar y que acaba por cambiarte. Eso que es capaz de darte vida en el peor momento y hacer todo lo contrario. Lo que te da vueltas y no te para. Lo que te abraza y no te suelta. Y sobre todo eso que hace que te acuerdes de todo lo que acabo de escribir. De lo bueno, de lo bonito de la vida, de lo que vale la pena. De la fuerza, de la sensibilidad, de las ganas de gritar, de soñar, de salir de fiesta, de comer, de ver películas románticas, de cantar...
Y aquí entras tú.
Frio y calor al mismo tiempo, pasas de -10º a 40 en un instante, eres invierno, verano, primavera y otoño. Eres mi querer y mi amar, y por lo tanto si tuviese que elegir una sola cosa en el mundo, algo por lo que mereciese la pena vivir, sin duda lo primero en lo que pensaría serías tú.
¿Por qué?, no lo sé, tal vez por qué de repente apareces, y haces que todo valga la pena. Porque sonrío y canto, y me gusta quererte. Porque no hay mejor plan que unas simples horas a tu lado.
Quizás porque cuando todo es frágil, apareces y me haces fuerte. Y cuando todo está bien, simplemente sigues estando...y eso me hace sentir todo con ganas, me hace querer seguir fabricando momentos y luego recordarlos con una sonrisa. Que aunque todo esté hecho un desastre ahí fuera, tú estás conmigo, y eso es más que suficiente.
Y que a parte de lo que me hayas hecho, me haces o me harás sentir, estás tú, y es increíble.

miércoles, 8 de junio de 2011

El arte de vivir.


Se besaban, una y otra vez, dedicando a cada roce de labios una sonrisa.

Besos cortos, la mano de él en la espalda de ella, el aire de ella en la boca de él.

Entre la multitud, rodeados de muchísimas personas que parecían no existir.

Instante diferente, o quizás no, tal vez solamente una simple escena que ocurre a menudo y que nadie se para a observar.

Sin embargo desde una zona algo apartada unos ojos cansados les observaban, y entonces sucedió, una sonrisa emergió en la calma de su rostro.

Volvían a juntar sus labios,ella cerraba los ojos. Pero él sonreía justo en el segundo en que sus labios quedaban libres.

Concepto algo abstracto el de libertad, pues la libertad de sus ojos estaba en los de ella, presa en pupilas, reflejada en sonrisas.

Los demás no se fijaban, pero la chica distraída que les miraba desde lejos sí, los observaba, y a cada sonrisa de él su apatía se alejaba.

No se cansaban y parecían habitar un mundo aparte. La chica parecía estar susurrándole alguna cosa y él le apartaba el pelo de la cara.

En la escena él permanecía absorto en sus detalles. Siin parar de mirarla, sin dejar de escucharla, el mundo no era mundo, era ella. El bullicio no existía, solo su voz se adivinaba entre el corto espacio entre ambas miradas.

Y es increíble porque la persona que les miraba podía sentir lo que él sentía, o tal vez no, posiblemente su vista desde el exterior hacía que lo sintiese de otra forma, de cualquier manera, sus ojos se encendieron y aquella imágen la atrapó en un pequeño instante, como si de una estrella fugaz se tratase en medio de aquel alboroto de ojos ciegos.

El sentir es subjetivo y hay tantas formas de querer...todas son distintas. Se trataba de una continua guerra de besos fugaces que no cesaban en aquella inmensidad.

Algo empalagoso desde luego, y quizá demasiado hasta para la persona que vislumbraba aquello, pero era diferente.

No podía observar el rostro de la chica, pero no hacía falta, porque podía verla reflejada en él.

Rebosante de alegría, sin cuestionar nada, ni él mismo podría darse cuenta, pero así era.

Cuantos problemas en el mundo se extinguirían si el resto de personas que les rodeaban en aquel preciso instante se hubieran percatado de aquello, de un simple momento, labios que se encuentran, libertad que los ata...

No sabía quienes eran, ni tampoco le importaba, ni siquiera se dio cuenta de que había permanecido mirándoles varios minutos.

Hasta que apartó sus ojos un instante y segundos después ya no estaban. Se habían perdido entre la multitud, entre el resto del mundo que no parecía estar junto a ellos.

Volvió a sonreír... Fue entonces cuando se dio cuenta...

Que increíble es. Pues sin conocer nada lo sabía todo.

La sonrisa y su mirada, aún a varios metros de distancia consiguieron algo que ni mil realidades habrían logrado.

Una sonrisa...y arte.

Que distinto sería el mundo si únicamente nos dedicasemos a sentir.

Pues que mejor arte...que el arte de vivir.